Según el Diccionario de Cambridge, “compliance” se define como “el acto de obedecer una orden, norma o petición”. En español se ha traducido como “cumplimiento” o “cumplimiento normativo”, lo que ha dado pie a una interpretación limitada, pues se ha asociado solo con el cumplimiento de normas y estándares que las organizaciones adoptan voluntariamente. Algunos autores, sin embargo, prefieren traducirlo como “conformidad”, un término más común en el ámbito de la auditoría.
En alemán, se usa la expresión “Haftungsvermeidung im Unternehmen”, que se traduce como “prevención de riesgos de responsabilidad empresarial por incumplimiento de regulaciones legales”. Esta noción abarca tanto las obligaciones legales derivadas de contratos, como las responsabilidades administrativas y el cumplimiento penal.
El término “compliance” proviene de la expresión anglosajona “to comply with”, usada originalmente en medicina para referirse al seguimiento de un tratamiento por parte de un paciente. En el contexto empresarial, sin embargo, se traduce como el cumplimiento de normas legales y se emplea en expresiones como “to be in compliance with the law”. Esta función tiene dos objetivos: prevenir conductas ilegales y aplicar mecanismos de detección y sanción cuando estas ocurren. Aun así, existe un debate sobre si “compliance” implica delegar ciertas funciones de control estatal en las empresas.